La conservación de los océanos es uno de los grandes retos ambientales de la actualidad, ya que son la base de la vida en el planeta y menos de un 3% están protegidos. Para colaborar en su preservación surgen las empresas ‘bluetech’, que obtienen datos de la hidrosfera para generar dinámicas de sostenibilidad.
«Un océano con problemas significa que nosotros tenemos problemas», dijo Sylvia Earle, bióloga marina estadounidense, al recoger el Premio Princesa de Asturias en 2018. La exploradora reivindicó que de una forma u otra todas las personas se encuentran ligadas a la hidrosfera (la capa de agua que rodea a la Tierra). No en vano, la conservación de la vida submarina es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por Naciones Unidas en la Agenda 2030. Para contribuir a ello, el emprendimiento y la innovación alumbran un nuevo tipo de compañías: las ‘bluetech’.
Blue Invest, un fondo de la Comisión Europea dedicado a fomentar la inversión en tecnologías para preservar la hidrosfera, define en un informe a las ‘bluetech’ como aquellas «actividades, tecnologías e infraestructuras relacionadas con la recopilación, simulación y predicción de datos oceánicos«. Por tanto, se vinculan de manera estrecha con la economía azul, referida al conjunto de sectores y políticas que hacen uso de los recursos oceánicos.
Las compañías ‘bluetech’ aún son minoría en comparación con otras empresas dedicadas a mejorar la relación de la actividad humana con el medioambiente, tal y como se puede comprobar en el Mapa del Ecosistema Cleantech de España 2023 publicado por ‘El Referente’ en colaboración con ICEX España. No obstante, ya existen compañías que colaboran de manera activa en dos áreas: la recopilación de datos y la eliminación de residuos.
‘Bluetech’ y el poder de los datos marinos
La hidrosfera terrestre alcanzó los 21,1°C en 2023, la temperatura media más alta desde que existen registros, según datos publicados por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés). Esto tiene consecuencias como una mayor presencia de eventos climáticos extremos o la pérdida de la biodiversidad marina, según Naciones Unidas. Por tanto, medir y comprender estos impactos es esencial para determinar qué acciones tomar al respecto.
Ese es uno de los principales objetivos de la Plataforma Oceánica de Canarias, que ofrece servicios ‘bluetech’ para recopilar valiosos datos oceanográficos. Esta información es recabada mediante el uso de vehículos marinos autónomos y boyas a la deriva, lo que permite conocer al detalle diferentes aspectos del medio marino que van desde la temperatura del agua hasta la concentración de organismos contaminantes.
En España, también se pueden encontrar iniciativas privadas que contribuyen al ‘bluetech’. Entre ellas está Digital Earth Solutions, empresa que ha desarrollado un ‘software’ para predecir, en tan solo unos minutos y con una alta precisión, la evolución geográfica de los vertidos tóxicos. Otro ejemplo es Koa Biotech, una startup que cuenta con tecnología para monitorear aquellos patógenos que pueden provocar brotes de enfermedades en peces. También está Premium Catamaranes, que dispone de embarcaciones autónomas capaces de transmitir datos en tiempo real útiles para luego hacer estudios como la gestión pesquera o el mapeo de fondos marinos.
De los datos a la acción: el desafío de eliminar la contaminación
La misión de las ‘bluetech’ no acaba con la recopilación de los datos. Una vez que se tiene información suficiente, el siguiente paso es movilizarse con medidas concretas para erradicar los materiales que amenazan a la hidrosfera terrestre. Porque, como destaca Greenpeace en un informe, cada año llegan a las aguas ocho millones de toneladas de basura.
Para colaborar a la recogida de desperdicios, en el ecosistema español surgen compañías como Ocean Cleaner Technology, que opera con una flota de barcos que tienen capacidad para recolectar y eliminar los residuos al pasar sobre ellos. Por su parte, Gravity Wave se centra en recuperar todas las redes de pesca abandonadas en el fondo del mar para darles una segunda vida, ya sea creando muebles de diseño o esculturas.
El plástico es una de las mayores causas de la contaminación en los océanos, pero no la única. También existen especies invasoras como el alga Rugulopteryx okamurae, que en 2022 amenazaba con extenderse por toda la costa mediterránea de España y degradar el hábitat natural. Sin embargo, algunas empresas han encontrado formas innovadoras de aprovechar estas plantas marinas: por ejemplo, Futuralga se dedica a la fabricación de envases biodegradables utilizando algas, mientras que Ficosterra las transforma en abonos y biofertilizantes.
Además, el emprendimiento es importante para el uso y la reutilización de otro tipo de agua: la potable. El consumo hídrico aumenta aproximadamente a un ritmo de un 1% al año, lo que podría provocar que la escasez de agua se transforme en un problema incluso en regiones donde actualmente abunda, según un artículo de BBVA Spark.
El agua cubre el 70% de la superficie terrestre y de su cuidado depende el estado de salud del planeta. Por eso, a medida que la emergencia climática se intensifica, es cada vez más importante contar con empresas ‘bluetech’ comprometidas con la prevención y preservación de los ecosistemas marinos para así garantizar un futuro sostenible.
Tomado de: https://www.bbva.com/es/innovacion/una-inmersion-en-el-bluetech-tecnologia-para-preservar-la-hidrosfera/