Los alérgenos, pero también las moléculas indicativas de un riesgo de enfermedades por moho o bacterias, se acumulan en los teléfonos inteligentes.
Es muy probable que esté leyendo estas líneas en un smartphone: según el informe Digital 2021 de Hootsuite, el 93,6% de los internautas españoles accede desde dispositivos móviles, lo que equivale a casi 40 millones de personas solo en España. En paralelo, hay más de ocho millones de personas alérgicas en nuestro país según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Según un nuevo estudio, ambos factores estarían relacionados.
Los teléfonos inteligentes constituyen «potenciales receptáculos» para partículas ambientales nocivas como los alérgenos, afirma una investigación presentada en el Encuentro Científico Anual del Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología que se celebra en Louisville, Kentucky. Los dispositivos que manejamos demostraron contener niveles elevados de alérgenos de gato y perro, así como de β-D glucanos (BDG) y endotoxinas en las pruebas de laboratorio.
«Los smartphones demostraron contener niveles elevados y variables de BDGs y endotoxinas, y aquellos pertenecientes a dueños de mascotas también habían sido colonizados por alérgenos de perro y gato», explica Hana Ruran, autora principal de este trabajo. Estas sustancias, además de problemáticas para los alérgicos, constituyen marcadores de riesgo de intoxicación por mohos o bacterias.
«Los BDGs se encuentran en las paredes de las células fúngicas, y su aparición se vincula con los numerosos ambientes y superficies que pueden predisponer a los síntomas irritantes y los problemas crónicos de las vías respiratorias», prosigue Ruran. «Las endotoxinas, por otra parte, son potentes inflamatorios que se identifican como marcadores de la exposición a las bacterias Gram negativo».
Para llegar a esta conclusión, los investigadores fabricaron modelos de un tamaño y superficie similares a los de un teléfono móvil estándar actual, y se extrajeron muestras de la parte equivalente a la pantalla táctil durante el ensayo. Se usaron gamuzas de acción electrostática para recoger las sustancias depositadas durante el uso por 15 voluntarios. A continuación, se midieron los niveles de alérgenos, BDGs y endotoxinas en los ‘teléfonos’.
Tras determinar la presencia de las sustancias potencialmente dañinas, los investigadores analizaron la efectividad de los productos que pueden usarse para desinfectar las pantallas. El alcohol isopropilico, llamado también isopropanol, se puede comprar en los comercios, apuntan, pero otras soluciones como la clorhexidina, el cloruro de cetilpiridinio, el ácido tánico y el benzoato de bencilo no se encuentran a la venta para el público en las mismas concentaciones que se emplearon para el ensayo.
«Combinar la clorhexidina con el cloruro de cetilpiridinio fue lo más efectivo a la hora de reducir las concentraciones de BDGs y endotoxinas, y la combinación del ácido tánico con el benzoato de bencilo fue lo mejor para eliminar los alérgenos de perro y gato de los smartphones», explica el Dr. Peter Thorne, profesor del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Iowa (EEUU) y coautor del estudio.
«Este estudio demuestra que la exposición a los alérgenos por inhalación y a las moléculas que desencadenan reacciones inmunes innatas pueden tener un punto de origen que la mayoría de las personas ni se imaginan», valora Thorne. «Si sufres de alergias o de asma, deberías plantearte desinfectar tu smartphone más a menudo para minimizar el riesgo».
Fuente: ElEspañol