Miocarditis por la vacuna de la Covid-19, ¿cuál es el riesgo?

La incidencia de miocarditis, pericarditis o miopericarditis es de dos a tres veces mayor después de una segunda dosis de la vacuna Moderna Spikevax en comparación con la de Pfizer BioNTech, sin embargo, los casos generales de inflamación del corazón con cualquiera de las dos vacunas son muy raros, según un estudio publicado en el ‘Journal of the American College of Cardiology’.

El estudio mostró que los varones menores de 40 años que recibieron la vacuna Moderna presentaron las tasas más altas de miocarditis, lo que, según los autores, puede tener implicaciones para la elección de vacunas específicas para determinadas poblaciones.

Se ha aprobado el uso de dos vacunas de ARNm COVID-19, la de Pfizer BioNTech (BNT162b2) y la de Moderna Spikevax (ARNm-1273), y hasta el 20 de marzo de 2022 se habían administrado más de 52 millones de dosis de Pfizer y 22 millones de dosis de Moderna en Canadá, donde se realizó este estudio.

Los ensayos clínicos han demostrado que las vacunas son seguras y el seguimiento de las personas vacunadas ha demostrado que los efectos secundarios son leves y desaparecen por sí solos. Sin embargo, se han observado algunos efectos secundarios raros, pero graves, después de ambas vacunas, principalmente miocarditis (inflamación del corazón).

Aunque se han realizado muchos estudios sobre cualquiera de las dos vacunas, se han llevado a cabo pocos estudios para comparar directamente la seguridad de las dos vacunas de ARNm. Los investigadores de este estudio trataron de comparar el riesgo de miocarditis, pericarditis y miopericarditis entre las vacunas Pfizer y Moderna COVID-19.

 

Las personas que participaron en el estudio tenían 18 años o más y habían recibido dos dosis primarias de la vacuna de Pfizer o de Moderna en la Columbia Británica, Canadá, con la segunda dosis entre el 1 de enero de 2021 y el 9 de septiembre de 2021. Se excluyeron aquellas cuya primera o segunda dosis se administró fuera de la Columbia Británica o que tenían antecedentes de miocarditis o pericarditis en el plazo de un año antes de la segunda dosis.

 

En total, se administraron más de 2,2 millones de segundas dosis de Pfizer y más de 870.000 de Moderna. En los 21 días siguientes a la segunda dosis, hubo un total de 59 casos de miocarditis (21 de Pfizer y 31 de Moderna) y 41 de pericarditis (21 de Pfizer y 20 de Moderna).

Los investigadores también analizaron las tasas por millón de dosis y la tasa fue de 35,6 casos por millón en el caso de Moderna y de 12,6 por millón en el de Pfizer, lo que supone un aumento de casi el triple tras las inyecciones de Moderna frente a las de Pfizer.

 

Comparativamente, las tasas de miocarditis en la población general en 2018, fueron de 2,01 por millón en personas menores de 40 años y de 2,2 por millón en personas mayores de 40 años.

 

Las tasas de miocarditis y pericarditis fueron más altas con la vacuna Moderna tanto en hombres como en mujeres entre los 18 y 39 años, con las tasas más altas por millón en hombres de 18 a 29 años después de una segunda dosis de Moderna.

Según los autores, los resultados apoyan la recomendación de que ciertas poblaciones reciban determinadas vacunas para maximizar los beneficios y minimizar los efectos adversos.

«Se han realizado pocos análisis basados en la población para comparar directamente la seguridad de las dos vacunas COVID-19 de ARNm, que difieren en aspectos importantes que podrían afectar a la seguridad», apunta Naveed Janjua, autor principal del estudio y epidemiólogo y director ejecutivo de los Servicios de Datos y Análisis del Centro de Control de Enfermedades de la Columbia Británica.

«Nuestros hallazgos tienen implicaciones para la estrategia de despliegue de las vacunas de ARNm, que también deberían considerar la naturaleza autolimitada y leve de la mayoría de los eventos de miocarditis, los beneficios proporcionados por la vacunación, la mayor eficacia de la vacuna Moderna contra la infección y la hospitalización, encontrada en estudios anteriores, y el aparente mayor riesgo de miocarditis tras la infección por COVID-19 que con la vacunación de ARNm», añade.

En un comentario editorial relacionado, el doctor Guy Witberg, cardiólogo del Centro Médico Rabin de Petah-Tikva (Israel), escribió que el estudio es tranquilizador para la seguridad de las vacunas, ya que proporciona más datos de que la miocarditis es un acontecimiento adverso muy raro después de ambas vacunas, y es un paso importante hacia un enfoque personalizado de la administración de las vacunas COVID-19.

«El estudio debería ayudar a poner fin a la indecisión sobre la vacuna debido a la preocupación por los eventos adversos cardíacos –subraya Witberg–. Esta es una de las pocas comparaciones directas de las dos vacunas de ARNm ampliamente adoptadas, y sus resultados tienen implicaciones políticas prácticas: para un segmento sustancial de la población que padece enfermedades cardiovasculares… estos datos dan un fuerte argumento para utilizar preferentemente la vacuna de Pfizer sobre la de Moderna».

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