El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky inició su discurso de este martes en la cumbre del G20, diciendo: «Tal vez me exceda del tiempo asignado, pero la cuestión de la paz merece la pena». En la misma presentó su plan para poner fin al conflicto bélico que mantiene con Rusia desde el pasado 24 de febrero.
El mandatario dijo también «Quiero que esta agresiva guerra rusa termine de forma justa y sobre la base de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional», quien se dirigió vía videoconferencia a sus colegas de las 20 economías más grandes del mundo, los cuales estos días se reúnen en la localidad indonesia de Nusa Dua.
Sin embargo, Volodymyr Zelensky advirtió que no aceptaría una paz»a cualquier costo» y así quedó en claro en su llamada «fórmula para la paz», por su parte Moscú rechazó de inmediato la propuesta.
La propuesta de Zelensky contiene 10 puntos y de entre ellas destacan «la restauración de la integridad territorial» de su país y el retiro de las tropas rusas.
Desde que el pasado 24 de febrero el Kremlin lanzó su llamada «Operación Especial» con la excusa de «desnazificar y desmilitarizar» a su vecino occidental, sus soldados han llegado a ocupar casi 20% del territorio ucraniano.
«Rusia debe reafirmar la integridad territorial de Ucrania en el marco de las resoluciones de Naciones Unidas y de los documentos jurídicamente vinculantes. Esto no está sujeto a negociación», señaló.
Acto seguido, Zelensky volvió a pedirle a Moscú que ordene a su ejército regresar a su territorio.
«Rusia debe retirar todas sus tropas y formaciones del territorio de Ucrania, debe reestablecerse el control de Ucrania sobre todas nuestras fronteras con Rusia. Esto dará lugar a un cese real y completo de las hostilidades».
Zelensky afirmó que un eventual fin de las hostilidades no bastará y que la independencia de su país seguirá «en peligro». ¿La razón? Ucrania no forma parte de ninguna alianza y, por ello, demandó nuevo tratado internacional que garantice su seguridad y soberanía.
Una propuesta que Moscú ha descartado de plano. «(Zelensky) está complicando la posibilidad de llegar a un acuerdo al poner condiciones poco realistas», afirmó el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov.
Y estos tres puntos ya han sido rechazados en el pasado por el Kremlin.
«Quiero que me escuchen en Kyiv y en Occidente: la gente de Donetsk, Luhansk, Jersón y Zaporiyia se han convertido en nuestros ciudadanos para siempre», declaró a finales de septiembre el propio mandatario ruso, Vladimir Putin.
«Sobre Donetsk, Luhansk, Jersón y Zaporiyia no hay nada que hablar», advirtió.
«Miles de nuestros ciudadanos, civiles y militares, están en cautiverio y están sometidos a brutales torturas», afirmó.
«Sabemos que once mil niños fueron deportados por la fuerza a Rusia y están separados de sus padres con pleno conocimiento de que tienen familia», agregó, al tiempo que aseguró que tienen identificados a estos pequeños.
La quinta petición que figuran en el plan se relaciona con el castigo para los crímenes de guerra ocurridos en localidades como Bucha.
«Cada vez que liberamos nuestra tierra encontramos una cosa: Rusia deja atrás cámaras de tortura y fosas comunes llenas de personas asesinadas», dijo Zelensky, quien pidió a los mandatarios respaldar la creación de un tribunal especial para castigar las violaciones a los Derechos Humanos ocurridas desde el 24 de febrero.
La sexta petición que figura en la hoja de ruta presentada por el mandatario ucraniano es que Moscú cese en su empeño de «convertir el frío en un arma» y que detenga sus ataques contra las plantas de energía.
La séptima propuesta también está relacionada con la energía, pero con la atómica. Zelensky demandó que el restablecimiento de la «seguridad radiológica» y exigió a Rusia que deje de utilizar a la central nuclear de Zaporiyia como «una bomba radioactiva» con la que «chantajea al mundo».