Investigadores de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón en EEUU han descubierto que el neurotransmisor adenosina actúa efectivamente como un freno para la dopamina, otro neurotransmisor muy conocido involucrado en el control motor. Además, la adenosina opera en una especie de dinámica de tira y afloja con la dopamina en el cerebro, lo que podría ayudar a tratar el Parkinson.
«Hay dos circuitos neuronales: uno que ayuda a promover la acción y el otro que inhibe la acción. La dopamina promueve el primer circuito para permitir el movimiento, y la adenosina es el ‘freno’ que promueve el segundo circuito y brinda equilibrio al sistema», ha señalado el autor principal Haining Zhong, científico del Instituto Vollum de OHSU, quien acaba de publicar su investigación en ‘Nature’.
Nuevas vías de desarrollo de fármacos
El descubrimiento podría sugerir de inmediato nuevas vías de desarrollo de fármacos para tratar los síntomas de la enfermedad de Parkinson, un trastorno del movimiento en el que la pérdida de células productoras de dopamina ha sido ampliamente implicada como causa.
Los científicos han sospechado durante mucho tiempo que la dopamina está influenciada por una dinámica opuesta de señalización neuronal en el cuerpo estriado, una región crítica del cerebro que media el movimiento junto con la recompensa, la motivación y el aprendizaje. El estriado es también la principal región del cerebro afectada en la enfermedad de Parkinson por la pérdida de células productoras de dopamina.
«Durante mucho tiempo, la gente sospechó que tenía que haber este sistema push-pull», ha afirmado el coautor Tianyi Mao, un científico de Vollum que está casado con Zhong. En el nuevo estudio, los investigadores revelaron por primera vez de forma clara y definitiva que la adenosina es el neurotransmisor que actúa en sentido opuesto a la dopamina. El estudio, que involucró a ratones, utilizó nuevas sondas de proteínas modificadas genéticamente desarrolladas recientemente en los laboratorios de Zhong y Mao.
En particular, la adenosina también es bien conocida como el receptor sobre el que actúa la cafeína. «El café actúa en nuestro cerebro a través de los mismos receptores. Beber café levanta el freno impuesto por la adenosina», concluye.
Fuente: 20 minutos