América Latina y el Caribe experimentarán un crecimiento modesto este año debido a que las economías de la región se ven afectadas por altas tasas de interés y la caída de los precios de las materias primas, según un informe del Banco Mundial publicado este martes.
El organismo, con sede en Washington, prevé que la economía regional en su conjunto crecerá 1.4 por ciento hasta diciembre, menos que todas las demás regiones. La entidad había proyectado un crecimiento del 1.6 por ciento para este año, pero el consenso de las proyecciones de crecimiento en Chile, Argentina y Colombia han empeorado desde el último informe del banco en octubre de 2022. La actividad se expandirá 2.4 por ciento en cada uno de los dos años siguientes.
“Las previsiones para el futuro proyectan el mismo ritmo deslucido de las últimas dos décadas, que sigue siendo insuficiente para reducir la pobreza, promover la inclusión y calmar las tensiones sociales”, escribieron los analistas del banco. Los desequilibrios fiscales siguen siendo altos y erosionarán el equivalente al 2.7 por ciento del crecimiento regional este año, mientras que los niveles de deuda se sitúan en el 64.7 por ciento, señalaron.
Aun así, la región ha tenido un “éxito relativo” en la gestión de los efectos de la invasión rusa a Ucrania y la desaceleración de la actividad económica mundial. Las tasas de pobreza y desempleo han vuelto a los niveles anteriores a la pandemia y se prevé que la inflación promedio disminuya al 5 por ciento este año, una vez excluidos Argentina y Venezuela.
El efecto de la inflación y la guerra sobre los precios de los alimentos y la energía “tuvo un impacto significativo en la pobreza de los hogares”, dijo William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, durante una conferencia de prensa previa a la publicación del informe este martes. “Esperamos que esto se modere en el próximo año. Somos optimistas de que volveremos a niveles más bajos”.
Las repercusiones internas de la reciente quiebra de tres bancos regionales en Estados Unidos “aún están por verse”, según el informe. Pero la posibilidad de un “contagio directo” en América Latina es mínima, dijo Maloney.
Aunque las tensiones políticas son “normales”, la credibilidad y la independencia ganadas recientemente por las autoridades monetarias de toda América Latina “deben preservarse”, señalan los analistas en el informe.
Las estimaciones de un crecimiento lento se deben solo en parte al endurecimiento de la política monetaria. La inversión extranjera directa ha caído 16.4 por ciento en términos absolutos desde 2010, según el informe, que señala que se necesita más gasto público para mejorar los sistemas de salud, los recursos humanos y la infraestructura en toda la región.